Desde la Federación Catalana de Donantes de Sangre condenamos enérgicamente la violencia ejercida por parte de las fuerzas de seguridad del estado para intentar impedir el referéndum del 1 de octubre.
Las actuaciones policiales para desalojar violentamente a los miles de personas que se han reunido en los colegios de Catalunya y para requisar el material para la votación son absolutamente inadmisibles y son una violación de derechos civiles y políticos y de la convivencia de la sociedad catalana.
En este sentido, expresamos la solidaridad y el afecto a todas las personas heridas y deseamos que se recuperen pronto, al tiempo que consideramos que estos hechos merecen una respuesta contundente.
Queremos constatar la vulneración de los derechos fundamentales y las libertades democráticas que se están produciendo por parte del Gobierno y los organismos del Estado. Llamamos al conjunto de la ciudadanía de Catalunya, en su pluralidad y diversidad, a la defensa de un marco democrático que tenga por principio el diálogo y no la fuerza.
Nuestra organización considera que la represión, la fuerza bruta, la intimidación, la vejación, la humillación, la deshonra, la coacción, son actitudes inhumanas de maltrato que responden a provocaciones de quien cree ostenta el poder.
Vulnerar la más básica norma de convivencia -el respeto hacia la ciudadanía- es dilapidar la paz social. Quien pega, quien golpea, quien daña a otro, es cívicamente ilegítimo, denigrado y desautorizado por el pueblo.
Sirvan estas palabras para hacer un llamamiento al conjunto de fuerzas políticas y sociales de España y de Europa para que hagan todo lo que sea necesario para garantizar los derechos fundamentales y las libertades de la ciudadanía de Catalunya.
La mejor respuesta es la que se expresa pacífica, contundente y democráticamente.